martes, 26 de abril de 2011

El cisne negro


No sé cómo iniciar esta reseña, pues me costo mucho trabajo terminar de leer, y tratar de entender, este excelente e irreverente ensayo de Nassim Nicholas Taleb, escritor norteamericano de origen Libanes. Una de las tesis centrales del autor es que el mundo moderno es de tal complejidad en sus interrelaciones económicas, políticas y de comunicación, que resulta imposible aplicar modelos clásicos de probabilidad para estimar posibles eventos sociales futuros en nuestro mundo. Y menos aún, el predecir sus posibles efectos y consecuencias en la sociedad del futuro próximo.

Nassim inicia su disertación afirmando que la mente humana padece tres trastornos: sintetiza creyendo que comprende un mundo que es muy aleatorio; dos, solo analiza los eventos después de ocurridos, o sea que usa la información conocida y la acomoda para que cuadre; y tercer error, la valoración exagerada de la información clasificada en categorías por supuestas autoridades del campo. Él afirma que la historia de nuestro mundo actual no gatea, sino que da saltos, y para ello inventa dos países: Medicristán y Extremistan. En la primera provincia utópica los sucesos particulares no aportan mucho individualmente, solo de manera colectiva, es decir que cuando la muestra es grande, ningún elemento singular cambiará en forma significativa el total, por ejemplo la estatura de los hombres de 30 años. En cambio, en el extraño país de Extremistán, las desigualdades son tales que una única observación puede influir en forma desproporcionada en el total, por ejemplo la distribución de la riqueza en México (o de cualquier otro país). Extremistán puede producir Cisnes Negros, y de hecho lo hace, ya que unas cuantas ocurrencias han influido colosalmente en nuestra historia, y esa es una de las prepuestas centrales del libro.

Por ejemplo, reflexionando sobre esto último en relación con las nuevas guerras y la tecnología aplicada al exterminio del enemigo. ¿que impacto y consecuencias tendrá el envío de aviones silenciosos e inteligentes no tripulados a matar, selectivamente a los líderes enemigos, en sus propias residencias o sitios de operación, sin previo aviso, con o sin guerra formal declarada? No lo sé, no quiero ni imaginarlo.

También plantea que existen dos tipos de aleatoriedad: evento aleatorio tipo 1 es aquel que se puede predecir  utilizando los modelos matemáticos existentes (como el lanzamiento de dos dados) y que poco tiene que ver con los eventos sociales; evento aleatorio tipo 2, es aquel en el que sus causas son desconocidas y no encajan los modelos habituales para su predicción. También es conocida como aleatoriedad fractal. 

Además afirma, con mucha razón, que hoy en día, las fuentes de los Cisnes Negros se han multiplicado mas de lo que se puede medir. Las consecuencias socio económicas han cambiado debido al modelo económico consumista y la lucha por los escasos recursos del planeta y  la gran cantidad de población. Y como ejemplo,  el Cisne Negro actual es el terremoto, sunami y accidente nuclear de Japón. ¿Si este gran y moderno país no pudo prever, y tomar las medidas para mitigar las consecuencias de los terremotos y sunamis gigantes, debidos al cambio climático, qué será de países menos avanzados?

Este autor dice que las mediciones de la incertidumbre que se basan en la curva de campana simplemente ignoran la posibilidad, y el impacto, de los grandes saltos o de las discontinuidades y, por consiguiente, no se pueden aplicar en Extremistán. Por lo que hay que tener mucho cuidado en que casos aplicamos este modelo matemático. Y, en contraparte, nos presenta a Benoit Mandelbrot como un estudioso de los fractales aplicados a la rama de la incertidumbre. La aleatoriedad fractal es un modelo que permite hacernos conscientes de las consecuencias de los posibles Cisnes Negros y convertirlos en Cisnes Grises.

Pienso que es un libro algo técnico, pero muy recomendable y divertido.


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